Esta historia de terror, se sitúa en una ranchería en el estado de Guanajuato, de no más de setecientos habitantes, y en la época de la Revolución del país, en donde el país entero, había tomado dos bandos y aunque en esta ranchería, no había pasado, por ningún momento de peligro, todo estaba por cambiar.
El pozo de agua del asentamiento, estaba casi en el centro de la ranchería, y en una noche llego el ejército, sacando a todos de sus casas, haciendo una revisión de todos los hogares, a ver quién simpatizaba con los rebeldes, y así fusilarlo, todas las casas estuvieron sin problemas, mas no la casa de Vicente Aguilar, un conocido simpatizante de la revolución, el cual había enviudado años atrás, dejando al hombre con un pequeño de no más de 5 años de edad.
Al encontrarle parque y fusiles, lo sacaron rumbo al pelotón de fusilamiento, y el niño se puso al lado del papa, para que también lo fusilaran, como pudieron sacaron al pequeño, y al querer volver a acercarse a su padre, con algo se tropezó y cayó al pozo de agua, sin que nadie se diera cuenta, y ahí murió ahogado.
Al otro día, al sacar agua, fue donde se dieron cuenta de tan terrible suceso, y lo sacaron para darle cristiana sepultura junto al que fuera su padre, las cosas siguieron su curso, el destacamento del ejército, se puso a la salida de la ranchería y extraños sucesos empezaron a pasar.
Muchos soldados que por las noches iban por agua al pozo, no regresaban nunca más, pensando que desertaban, los mandaban buscar, nunca dieron con ninguno de ellos, lo más raro, es que los encargados del fusilamiento, esos empezaron a morir lentamente, después de tomar agua del pozo, y el general encargado de la muerte de Vicente, alucinaba con que un niño por las noches se le subía al pecho y él no se lo podía quitar, al final todos los involucrados en la muerte de Vicente Aguilar, murieron en circunstancias difíciles de explicar, de ahí las historias del niño del pozo.
Leyendas de terror mexicanas 